Cómo organizar una cata de quesos

- Categorías : Corte y cata , Disfruta del queso

Cuando queremos organizar una cena o una comida con un toque distinguido nada mejor que ofrecer a nuestros comensales una cata de quesos.

Una buena tabla de quesos es una alternativa elegante, vistosa y muy sencilla de elaborar, que podremos preparar sin necesidad de cocinar. Y para que sea perfecta, además de tener en cuenta la presentación, debe primar la calidad. No hay una única manera de preparar una tabla de quesos, pero sí hay algunos trucos y consejos para acertar con la selección, la presentación y la degustación. Os contamos todos los detalles para sorprender a vuestros invitados con una tabla de quesos, un toque delicioso y gourmet para nuestras reuniones y celebraciones. No hay dos quesos iguales

Los quesos son muy diferentes unos de otros, y se puede afirmar que no hay dos quesos iguales. Cada tipo de queso tiene unas características propias, y en todos los quesos hay que valorar sus aspectos sensoriales específicos. Por ejemplo, en los quesos de pasta blanda lo más importante es la textura y en los quesos con mohos azules lo más relevante es el aroma. La versatilidad del queso: ¿Entrante, principal o postre?

El queso es un plato en sí mismo, y es la comida principal de este tipo de catas, donde además del queso juegan un papel esencial el vino y los acompañamientos. El queso es un alimento tan completo y versátil que puede servirse y saborearse en cualquier momento del día. Así, que la hora de la cata puede ser tanto a mitad de mañana o lo que solemos llamar hora del vermut, como a media tarde e incluso para la noche, a modo de cena con un toque original y sencillo. La tabla de quesos también puede ser una parte de una comida o de una cena. Si es así, podremos presentarla como aperitivo, antes de la comida, pero también puede ofrecerse al final, a modo de postre y cierre de nuestra celebración. Este aspecto es importante ya que, según el momento que elijamos, conviene más utilizar unos quesos u otros.

La selección de los quesos

Una buena tabla de quesos debe tener de tres a siete tipos de quesos diferentes, uno de cada variedad: duro, semiduro, blando, semiblando, azul y pastas untables. Lo ideal para darle diversidad a la cata es elegir contraste de sabores, diferentes colores y texturas, y por supuesto optar por quesos de buena calidad. Y un detalle importante: la cata se hará siempre en un orden de menor a mayor intensidad de sabor o maduración.

Presentación de los distintos tipos de queso

Si optamos por quesos de pasta dura, los presentaremos en pequeñas porciones para coger con la mano o bien en una cuña más grande, que cada comensal troceará a su gusto con un cuchillo especial para cortar queso. Aunque esto puede resultar un poco más engorroso, nos va a asegurar una mayor frescura del corte de queso y evitará que las piezas se resequen. También presentaremos en cuñas o en tacos los quesos de pasta blanda. Aunque por su consistencia, muchas veces caemos en la tentación de untarlos, estos quesos mantienen bien su forma gracias a su corteza. Los quesos azules, que nunca pueden faltar en una buena tabla de quesos, al tener una consistencia idónea para untar, los presentaremos enteros. Servir los quesos ya untados no es buena idea porque, aunque así se lo pongamos fácil a los comensales, se perderá la esencia de la tabla.

Temperatura y corte

Aunque el queso debe conservarse en la nevera, entre 2 y 6ºC, para su degustación es imprescindible sacarlo entre unos 15 o 20 minutos antes de la cata para que se atempere. El corte adecuado del queso también marcarán una diferencia a la hora de la cata. Lo ideal es cortar una cuña y de ella sacar lonchas en forma de triángulos. Pero, como hemos visto, cada tipo de queso requiere su propio corte.

Los acompañamientos, un detalle imprescindible

Para que nuestra tabla de quesos sea un éxito es necesario también tener en cuenta el acompañamiento. El producto por excelencia para acompañar el queso es el pan. Habrá que poner un mínimo de tres variedades, y es mejor que no sean de sabores. Otros acompañamientos darán color y contraste a la presentación de los platos, y permitirán a los invitados un descanso de los intensos sabores que están probando. Son bienvenidos los frutos secos como nueces o avellanas y algunas frutas como manzanas, uvas e higos. Si los quesos son para el postre irán muy bien acompañamientos dulces como membrillo, miel o mermelada de tomate.

Un toque de estilo

Aunque al montar una cata de quesos hay que darle a estos el mayor protagonismo posible, también es importante tener en cuenta los detalles. Habrá que poner atención en cómo decorar la mesa donde serviremos los quesos y sus acompañamientos, la elección de los platos, cubiertos y servilletas, así como las copas para el vino. Lo ideal para servir los quesos es contar con una tabla de madera rústica. Para cortarlo, nos hará falta un cuchillo apropiado para cada tipo de queso, pequeños para los blandos y afilados para los duros. Para que nuestros invitados coman el queso, ofrece pequeños platos de vidrio o de cerámica. Algo muy útil y chic es poner un cartelito indicando el nombre de cada queso. Por su parte, el pan quedará muy bien colocado en cestas o en recipientes bonitos. En definitiva, se trata de ofrecer una propuesta gastronómica original, una celebración sencilla que aúne sofisticación y diversión, donde nuestros invitados disfruten circulando libremente y catando las diferentes propuestas.  

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